Cuando el cliente no sabe lo que quiere

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Hoy te quiero hablar de un tema que, como freelancer, me ha provocado más de una cana y estoy seguro que a muchos más también: Los clientes tóxicos.

Para empezar este tema hay que marcar una clara diferencia: Un freelancer, autoempleado o profesional NO ES UN EMPLEADO. 

Esto es algo que a muchos les cuesta comprender porque, la verdad, es que se presta para confusiones. Piensalo un poco: ambos trabajan para otro, ambos van a realizar una tarea que alguien no quiere o no puede realizar por sí mismo y les van a pagar por ello.

Pero existe una diferencia fundamental y que a mi me llevó tiempo comprender: A diferencia de un empleado cuando contratas a un freelancer es para que aplique su visión y conocimientos, para guiar y aportar creatividad no solo para ejecutar. 

Voy a explicarme mejor: 

Imagina que tienes una fábrica y necesitas personas que martillen algunos clavos en placas de metal, tu contratas algunas personas para que realicen ese trabajo específico durante x cantidad de horas al día. Pero también necesitas un logo para tu compañía y le dices al diseñador: "Oye necesito algo que represente estos valores, estas ideas y me gustan estos ejemplos", como verás no hay nada específico en esas demandas, entonces el diseñador debe aportar su visión, conocimientos y creatividad para crear algo que el cliente diga: "Wow, esto es justo lo que quería aunque no lo había visto tan claro".

Y eso es mucho más difícil de lo que parece pero, en definitiva es nuestro trabajo, nuestra pasión.

Los problemas comienzan cuando un cliente no tiene ni idea de lo que quiere o peor, cree que lo sabe pero en realidad no y por ende te deja a ti toda la carga pero cuando le muestras el resultado empieza a criticar, a señalar y juzgar.

Ni siquiera propone mejoras o te pide que lo hagas de nuevo, sino, que se enfoca en tu falta de "algo".

Como regla general de la vida:

Cuando una persona no sabe lo quiere, ni siquiera tiene una idea vaga de ello jamás va a quedar satisfecha, solo encontrará frustración y decepción en su andar.

Rara vez encontrarás un cliente de este tipo que sepa darse cuenta de su propia limitación, por el contrario, este siempre buscara las maneras de culparte a ti por su falta de enfoque y te presionará para que consigas aquello que debería encontrar el mismo dentro de sí para, al menos, apuntarte en alguna dirección.

En ese momento en que debes simplemente dejarlo ir, aunque te cueste dinero, aunque te duela no tener su recomendación nada de eso es más valioso que tu paz y sobre todo, tu reputación. Porque si no lo cortas de una vez, desde el principio simplemente te destruirá diciendo que no pudiste cumplir con sus expectativas.

Y no quiero que me malentiendas: muchos clientes no tendrán ni idea de lo que quieren la diferencia entre uno tóxico y uno provechoso, es su actitud frente a tu trabajo.

Uno tóxico juzgará, reclamará y señalará, demostrando su falta de confianza hacia ti, estará encima tuyo todo el tiempo reclamando tu "falta de capacidades". Uno provechoso sabrá decirte claramente que le gusta y que no, propondrá cambios y estará abierto a explicaciones, así juntos podrán obtener los resultados deseados.

Creo que todo se resume a la actitud que tomen con respecto a que eres: Si para un cliente eres un empleado, buscará exprimirte como tal. Pero si por el contrario te valora como freelancer entenderá que tu eres un colaborador y que se trata de un trabajo en conjunto.

Déjame saber que opinas: ¿Has tenido clientes así? ¿Has sido un cliente tóxico? 

No te olvides de compartir! 😀

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