Los diseñadores somos humanos pero si aspiramos a la grandeza, debemos aprender a no cometer este error.
Tengo un poco más de 3 años diseñando páginas web y hace algunos meses que me estoy tomando el asunto del estilo de vida de diseño más en serio.
Y a medida que voy creciendo en conocimiento y en intención de brindar un excelente servicio a mis clientes, me doy cuenta que hay un error que he cometido mucho en el pasado.
Esto afecta cada aspecto de mi trabajo y también me afecta personalmente porque, como diseñador, soy muy exigente con lo que hago.
Pero aún así en el momento, en el furor, tiendo a seguir resbalando y no es luego de que pasa el calor, que empieza lo malo.
No importa de qué disciplina estemos hablando, creo que todo creador se siente identificado con este error porque nos aleja de nosotros mismos.
El peor error que puede cometer un diseñador es CEDER.
Si leíste mi articulo sobre las diferencias entre el Diseño y la Estética, quizás estés pensando:
- Salomón pero, no se supone que el diseño y por ende el diseñador, deben ser humildes? -
Si por supuesto, pero la humildad no significa estupidez, tampoco que tus conocimientos no valgan o que no debas dar dirección.
No podemos olvidar que la tarea primordial de un diseñador es crear algo que pueda cumplir un objetivo de la forma más eficiente, efectiva y consciente posible.
Cuando cedemos demasiado, perdemos la certeza de esos elementos y podemos pasar a estar atados a las formas de otro y a sus errores.
Es un conflicto complejo.
La pregunta que se me viene a la mente es: ¿Cuánto y cuándo es correcto ceder en orden de no cerrarnos a las posibilidades pero tampoco perder nuestra identidad?
Porque el asunto es que cuando cedemos demasiado y sabemos que no tiene sentido lo que estamos haciendo, perdemos completamente nuestra identidad como diseñadores.
Un diseñador imprime en cada creación parte de sí mismo porque hacen falta datos para diseñar, pero también hace falta creatividad para decidir de qué forma esos datos van a ser utilizados con la intención de lograr el objetivo.
Y cuando sabemos que algo está mal, que no hay forma que funcione, que no tiene base ni justificación y cedemos, es ahí, cuando cometemos el error.
Es ahí cuando dejamos de ser diseñadores y pasamos a ser ejecutores, máquinas sin alma.
Para mi es la peor sensación del mundo.
Es como ser un estafador.
Aunque el cliente/usuario esté feliz porque estás haciendo lo que él quiere, pero tu sabes que después no lo va a estar cuando vea los resultados de tal atrocidad.
Y tu te vas a sentir como una prostituta que doblegó el brazo por conveniencia, por necesidad o lo que sea.
Realmente no creo que haya justificación posible para que un profesional con una ética clara pueda aceptar ceder sin las justificaciones necesarias.
Ahora, ¿Ceder es malo todo el tiempo?
No, hay algunas situaciones que en mi opinión te pueden transformar en un profesional con ética a uno con exceso ego.
Situaciones en las que está bien ceder:
- Los datos confirman una posición: el diseño no es arte, ya eso lo sabemos. Si tomas una decisión que los datos confirman es errada, entonces tienes que cambiar eso, tienes que ceder.
- El razonamiento de otra persona tiene sentido y es confirmada por los datos: si otra persona te da un punto de vista que tiene sentido, puede resolver el problema de una forma más eficiente, efectiva y consciente, entonces está bien ceder. Especialmente si ese razonamiento está respaldado por datos.
Esas son las únicas dos situaciones que se me ocurren pero, quizas a ti se te ocurra otra.
La razón por la cual la cedemos.
Creo que la razón principal por la que cedemos aunque sepamos que algo está mal, es porque sentimos miedo.
Miedo a morir, miedo a perder el cliente, miedo a morir de hambre, miedo al fracaso, miedo a lo que sea, miedo...
No me creo en la capacidad moral de juzgar a alguien que actúa bajo la influencia del miedo porque yo he estado ahí muchas veces.
Pero qué beneficio podemos realmente obtener de una actitud así?
Al corto plazo quizás tengas a un cliente contento, pero al largo plazo que?
Los gringos le tienen un nombre a esto: Survivorship Bias o mentalidad de supervivencia.
Cuando nos encontramos en el estrato más bajo de la pirámide de Maslow, tratando de sobrevivir, nuestra principal motivación va a ser el miedo.
En ese estrato literalmente estamos pensando como animales, no razonamos correctamente y básicamente nos mueve el instinto.
Y no queda nada de espacio para el trabajo creativo o más bien queda muy poco espacio.
Las mentes capaces de crear en el Survivorship Bias son verdaderas mentes geniales y merecen la mayor admiración del mundo.
El miedo además, es muy engañoso y puede incluso hacernos pensar en el momento que lo que estamos haciendo no está tan mal y que nos conviene.
Pero la sensación posterior te confirmara que no es así.
¿Como salir de Survivorship Bias?
Esta es una complicada.
De verdad, salir de aquí representa el objetivo de vida de muchas personas, imagínate tomárselo menos en serio, es imposible.
Cuando una persona pasa de la pobreza a la clase de media, está saliendo del survivorship bias.
Es por eso que a los socialistas les encanta crear y perpetuar este estado en las personas, es más fácil controlarlas si no razonan correctamente.
Pero en fin, salir de este estado no es sencillo y seguramente va a tomar tiempo, te lo digo yo que estoy luchando con esto actualmente.
Puedo decirte algunas cosas que me han funcionado:
1. Deshazte de la gratificación inmediata
Un tropiezo constante que tengo es la necesidad de resolver todo al corto plazo.
Incluso si se trata de una tontería como comprar el dulce que te va a dejar apretado con otras cosas más necesarias.
Lo importante no es privarse de todo, sino entender el sacrificio necesario para lograr cosas a largo plazo y no posponerlas para después o darles menos importancia.
Esto puede pasar incluso cuando no nos atrevemos a decir que no a un cliente que sabemos no nos va a oír, no va a resultar bien, etc. Y decidimos aceptarlo de todas formas para poder obtener el dinero.
2. Mantente motivado
Lo primero te va a golpear constantemente porque es difícil decirle que no al placer.
La motivación va a hacer contrapeso a ese sufrimiento.
Recordar porqué haces lo que haces, cuales son tus metas y objetivos, tener claro el plan y rodearte de personas adecuadas para todo eso, te va a permitir mantener el ánimo a pesar de.
Yo por ejemplo, veo videos motivacionales y leo contenido de valor que comparto semanalmente en El Backstage.
Lo de la tribu, ya se está gestando.
3. Ten siempre claro tus principios y valores
A fin de cuentas, esto es un asunto de principios.
¿Cuánto estamos dispuestos a dejar de lado?
Esa es la pregunta más importante luego de si esta bien o no. Y eso es parte de nuestra identidad básica, de lo que creemos y lo que no, de lo que somos.
Un ejercicio introspectivo sobre esto es simplemente sentarnos a pensar en una situación específica y tomar decisiones que nos brindan paz, sin pensar en nada más.
Escribirlas en un papel y revisarlas constantemente, nos mantendrá en el camino correcto a pesar de que estemos pasando un mal rato.
4. RESISTE!!
Si aún no lo notas, te lo voy a decir por si acaso: mantenerse firme te va a traer sufrimiento.
De verdad, la gente no va a entender porque no eres capaz de comprender, de ceder, de comprometer, de cambiar o de moldearte a lo que ellos quieren.
Y eso va a tener consecuencias en el corto plazo y mediano plazo.
Cuales van a ser esas consecuencias es muy difícil de decir.
Hay personas que los botan del trabajo y otras que pasan hambre pero, si el objetivo es realmente meditado y razonado, entonces el éxito es inevitable.
Lo digo desde mi propia experiencia.
Yo he pasado por malos ratos pero también he crecido y sobre todo creo que mi crecimiento es mayor que todo el sufrimiento que he pasado.
Eso sí, ninguna recompensa duradera la he obtenido de un día para otro y muchas cosas chimbas han sucedido en el medio.
Así que tienes que resistir, tienes que tener estómago y agallas para plantarse firme y asumir las consecuencias y las responsabilidad de tu sueño.
Foto por Sarah Kilian en Unsplash
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