El miedo a fracasar ha sido una constante en mi vida. Una aversión casi irracional a que las cosas no sucedan como yo espero que sucedan. Incluso sabiendo que casi nunca pasa, el miedo es tal que me lleva a: a) No hacer nada en lo absoluto o b) Hacer todo lo posible por no fracasar.
Cuando no hago las cosas porque siento que van a fracasar me siento terrible. Me siento como un cobarde que está dejando de experimentar la vida.
Pero cuando fracaso me siento como una plasta de mierda incapaz, que no pudo lograr lo que quería. Que creyó falsamente que podía hacer algo, que podía ganar, que podía hacer un cambio, que podía crear algo.
Es estar entre la espada y la pared. Si no te atreves te sientes mal. Si te atreves y fracasas te sientes mal. La única forma de sentir satisfacción es ganando?
No. Theodore Roosevelt nos da nuestra primera pista con unas hermosas palabras.
El Hombre en la arena
“No es el crítico quien cuenta; ni aquél que señala cómo el hombre fuerte se tambalea, o dónde el autor de los hechos podría haberlo hecho mejor. El reconocimiento pertenece al hombre que está en la arena, con el rostro desfigurado por el polvo y el sudor y la sangre; quien se esfuerza valientemente; quien erra, quien da un traspié tras otro, pues no hay esfuerzo sin error ni fallo; pero quien realmente se empeña en lograr su cometido; quien conoce grandes entusiasmos, las grandes devociones; quien se consagra a una causa digna; quien en el mejor de los casos encuentra al final el triunfo inherente al logro grandioso, y quien en el peor de los casos, si fracasa, al menos fracasa atreviéndose en grande, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas frías y tímidas que no conocen ni la victoria ni la derrota."
Theodore Roosevelt
Es mejor ser siempre el hombre en la arena. Es mejor atreverse y buscar todas las maneras de lograr algo que quedarse tímido y cobarde viendo como otros están en la arena.
Solo puedes ser gladiador o espectador. Si tratas de convencerte de que no, eres un espectador.
Para trascender el juego finito de ganar y perder, lo primero es tener claro que no podemos ser espectadores. El juego es jugando, si no juegas no hay juego. La gente que no juega se condena a sí misma al más amargo nivel de existencia.
Esta es la razón por la que la vecina chismosa todo el tiempo está amargada y parece que odia la vida. Creemos que eso no nos sucederá, te sorprendería lo fácil que es convertirse en una vieja chismosa. En dejar de estar en la arena, en hablar de los demás y no ocupar el tiempo HACIENDO.
El cambio de joven ambicioso activo a vieja chismosa pasa lentamente, tan lentamente que la mayoría no se da cuenta. Muchas veces cuando llega, no hay vuelta atrás. Si quieres temerle a algo, témele a eso.
Ahora que estamos en la arena, ¿Por qué sigo temiendo tanto al fracaso?
Dar el todo por el todo
Estar en la arena es un buen paso, pero no es suficiente. Ya lo has visto: te animas con un proyecto, das tu mayor esfuerzo y fracasas. Lo vuelves a intentar y fracasas. Lo vuelves a intentar y fracasas. Y fracasas, y fracasas, y fracasas. Uno tras de otro.
Entras en un túnel donde no sabes si estar en la arena realmente vale la pena. Te sientes mal. Quieres renunciar. No sabes que hacer. Entra la duda, la inseguridad y el miedo.
¿Por qué me siento mal? - Te preguntarás.
Porque sabes que no estás dando el todo por el todo. Sabes que no te estás arriesgando hasta llegar al punto de no retorno en donde podrías perderlo todo. No te estás entregando por completo y esa duda, es precisamente lo que hace que fracases.
Esta es la parabola del Caballero de la Noche Asciende.
Dar el todo por el todo no nos asegura que saldremos victoriosos. Después de todo el comandante de la policía murió. Pero si nos asegura trascender la victoria y la derrota.
Es contraintuitivo
Esto es lo que yo llamo éxito: cuando tras el fracaso más rotundo, tu espíritu no siente dolor sino, satisfacción.
En el peor momento de tu existencia, luego de perderlo todo, de estar cerca de la gloria ahora te ahogas en la miseria, fracasado. Sin embargo no tienes dudas, sigues con ganas de estar en la arena.
Por esto las personas exitosas no sienten aversión al fracaso, son adictos a la satisfacción de dar el todo por el todo. No sienten dolor, no se sienten mal cuando fallan, al contrario!
Es sumamente contraintuitivo pero así es como funciona. Cuando das el todo por el todo, el fracaso no es un problema porque no te puede afectar.
La gente exitosa parece ser insaciable porque para nosotros no se trata de ganar sino de seguir jugando. El éxito es ser capaz de jugar el juego infinito.
¿Cómo dar el todo por el todo?
Simple.
El mínimo es 1? Da 2.
Tienes que hacer 10 repeticiones? Haz 15.
No estás seguro si correr el riesgo? Corre el riesgo.
Sientes miedo? Hazlo de todas maneras.
Te sientes mal? No lo quieres hacer? Hazlo de todas maneras.
No es tan simple? Si lo es.
Vivir es un arte, no tienes que entenderlo todo, solo tienes que actuar y experimentar.
Si no das el todo por el todo, el dolor del fracaso te va a acechar toda tu vida. Moldeara quien eres e inevitablemente te doblegará hasta transformarte en una vieja chismosa.
¿Quieres ser una vieja chismosa? Exacto. DALO TODO POR EL TODO.
Siempre es muy reconfortante leerte. Sin duda más personas deberían tener la fortuna de escucharte. Gracias por tus palabras siempre.