El jueves me vi acorralado con un ataque de pánico justo al despertar. Mi hermana está en la ciudad, en casa de mis abuelos, pero seguramente pasará conmigo un par de días antes de irse a Caracas y mi nevera está completamente vacía.
Le comenté a Algelis, eso hizo las cosas peor por un rato. En su preocupación e intensión de ayudar soltaba ideas. Lo malo es que todas las posibles soluciones llevarían mucho tiempo de implementar, y necesitaba dinero inmediato. Además, ahora ella, consciente o no, me vería como un inferior o así lo sentí yo. Después de todo, tengo la fuerte sospecha de que la razón principal por la que no hemos vuelto es porque no tengo dinero.
Luego de tener un reunión sobre un posible proyecto, me di cuenta de que tenía que hacer algo y lo único que podía sacar lo suficientemente rápido era el Curso de Escritura.
Le pedí prestado el trípode a Alexander, coordiné un delivery rápido con los últimos $3 que me quedaban y ese mismo día empezamos a grabar en la tarde.
Resulta que grabar un curso no es cosa sencilla. Hay un montón de detalles que cubrir. Me cuesta recordar toda la información que tengo que decir, sobre todo, manteniendo la estructura que diseñe y sin irme por las ramas como suelo hacer cuando hablo con alguien normalmente.
Los primeros intentos fueron terribles. Poco a poco iba mejorando. Me causaba gran estrés y tenía la impresión de que no estaba quedando muy bien. Mi aspecto no se veía bien trabajado y se sentía desesperado el tono, después de todo, mi idea era lanzar el curso el domingo. Tenía que grabar todos los módulos para más tardar el sábado, editar y luego armar todo el sistema de cobro y entrega digital del curso. Para nada, tareas que me llevarían tan poco tiempo.
Mi desesperación me llevó a intentarlo.
Ese mismo día el cable del micrófono se daño. Sucesivos ataques de pánico me dejaron exhausto y cansado toda la noche. Algelis coordinó un cable igual al de mi micrófono con su hermano.
Solo podía escribir cosas relacionadas al curso.
Al otro día me despierto super temprano. Empiezo a grabar exactamente a las 7 am. Termino casi todo el 1er módulo (el más largo). Me siento cansado, con dolor de cabeza y mareo. No estoy seguro si se debe a mis niveles de energía, a la dificultad del asunto o a mi desesperación.
Vengo a mi casa para poder despejar la mente un poco. Logro grabar el resto del primer módulo, me veo en la cámara y me doy cuenta que lo que estoy haciendo no está bien. Algelis me lo ratifica. Estoy tratando de sacar un producto que significa mucho para mi apurado solo por la desesperación del dinero.
Eso suponiendo que alguien lo compre. La idea se extiende en mi mente y empiezo a considerar que, quizás, la razón por la que tan poca gente me lee es porque no soy un buen escritor y no porque "a los hispanos no les gusta leer". Puede que me importe mucho escribir, pero en realidad no soy bueno?.
Recuerdo que César se sorprendió cuando le dije que estaba creando un curso de escritura, insinuando que no era lo suficientemente bueno para enseñar. Que tenía que ser mejor. César es mi amigo y socio, me importa lo que piensa.
Trato de sacudirme el sentimiento, imposible. Me quedo con él un rato.
Se va justo cuando recuerdo que ser escritor no se trata de lo que piensen los demás, sino de hacer esto todo el tiempo. De tener el valor y la fuerza de enfrentarme a la página, a mis faltas y vicisitudes. De poder encontrarle algún sentido a las dificultades y los retos. De sentirme orgulloso de mis victorias y progreso. Y darle clic al botón de publicar aunque sienta temor, vergüenza o desesperanza.
No sé si lo que estoy haciendo tenga tanto valor como me gusta creer, tanto que puedan otras personas pagar por él. No creo que haya alguna manera de eliminar esa inseguridad, lo mejor que puedo hacer es ignorarla y seguir adelante, seguir intentando, seguir buscando las maneras.
No se si logre inspirar a otros con lo que escribo, ayudarlos en su camino o si quiera hacerles sentir algo. Lo que si sé, es que luego de escribir la vida es un poquito mejor y esa es suficiente para seguir adelante.
Gracias por leer, gracias por estar.
PD: Si te interesa el curso de escritura que estoy creando, házmelo saber 😉
Nunca había leido tus articulos, pero están interesante la forma en que lo cuentas. Se siente el carisma o la emoción jajaja
Por otro lado el tema de estar frente a la cámara lo entiendo a la perfección porque tambien lo he intentado, justamente estoy trabajando esas fases de mí, de hecho admiro que hayas grabado el video de youtube porque has empezado y ese es el paso más importante.
si se puede primo <3
Saloooo jaja, a eso me refiero con que el sufrimiento está en la mente, interpretar la realidad de manera distorsionada. Lo importante es aprender de ese sufrimiento. Me gustó que de esa idea de que yo suponía que no eras bueno para enseñar te hizo caer en la cuenta de que lo importante es hacerlo, asumir el riesgo, publicar y crear.
Si en algún momento insinué que no fueras bueno para algo, eso solo demuestra mis limitaciones para hacer ese algo… Recuerdo que te había comentado hacer este curso antes de que me dijeras que ya lo estabas haciendo por tu cuenta, por lo que no se trata de que no confiaba en tu habilidad para crearlo, al contrario, acudí a ti para materializar mi idea de hacer un “curso” o algo así, seguramente porque yo no creía que pudiera hacerlo solo pero sí creía que tu pudieras darle un valor altísimo a ese proyecto.
Si me sorprendí no es porque cuestioné tu habilidad, es porque genuinamente me pareció admirable que lo hicieras solo. Ahora ya yo no podía hacer nada -porque ya lo habías hecho tú, básicamente jaja- así que solo ofrecí mi ayuda.
Está demás decir que valoro mucho tu trabajo y espero ansioso ver el producto, porque se que está hecho de corazón.