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¡QUE AÑO!
Este "tiempo" que nos inventamos los humanos ha estado lleno de... mhhh... sorpresas. Tuvimos el covid, murió Koby y comprobamos que estamos muy cerquita de ser reemplazados por las máquinas.
Pero también tenemos mejores herramientas para trabajar, hemos estado más cerca de quienes amamos y creo que, no tan lentamente, estamos descubriendo un valor importantísimo en la espiritualidad.
En lo personal no considero que me haya ido mal este año, es más, creo que este ha sido uno de mis mejores años. Quizás no tanto en lo económico pero he crecido tanto en otros aspectos que realmente el dinero en este momento no me preocupa porque sé que lo voy a obtener.
Sobre todo fue genial porque no tuve depresión y eso es liberador.
Al igual que el año pasado, planeo hacer un recuento de las cosas que he aprendido durante este período para dejar constancia a mi mismo y quizás para ayudarte 😉
Vamos allá!
#1 No hay garantías en la vida
Vamos a empezar por la más obvia: Covid.
¿Qué probabilidades había de que hubiese una pandemia mundial que cambiaría por completo el mundo moderno? Según Bill Gates, de hecho, bastantes.
Pero aún así ninguno de nosotros mortales que vivimos en nuestras preocupaciones mundanas se lo esperaba y fue un golpe duro de realidad. Todos sabemos que nos vamos a morir pero nunca habíamos sentido la muerte tan cerca.
Es tan fácil contagiarse y en 2 semanas, puff, muerto pal' coño.
Un recordatorio muy real y fuerte, especialmente para aquellos que han perdido familiares por la pandemia, que en esta vida no hay absolutamente nada seguro.
Todas las convenciones y formulas mágicas que nos han prometido y siguen prometiendo de una otra forma, "una gran vida", riqueza, estabilidad, seguridad o inmortalidad son falsas. Todas se desvanecen ante los cambios que la vida nos presenta y que nosotros mismos generamos.
Este es un buen momento para que algún nihilista salga a decir que si nada importa hay que entregarnos a nuestros instintos pero no me malentiendas: que no haya garantías no quiere decir que nada importa, sino que es una razón para ser valientes en vivir como realmente queremos, sin condiciones, medidas, ni arrepentimientos.
#2 Se cuidadoso con quien escoges para confiar y contar
Este año Algelis y yo nos mudamos de nuevo solos y de ello se desprenden dos lecciones, si, una experiencia intensa.
Por ahí por Abril estábamos viviendo en casa de mis abuelos desde hace ya algunos meses. Mi depresión había alcanzado un peak moment hacia el final del 2019 y no pudimos sostener los gastos de vivir solos.
En ese momento la nevera no estaba vacía pero tampoco estaba full, yo me encontraba esperando un pago para hacer mercado pero mi abuelo se adelantó. Para no hacer el cuento muy largo, le ofreció unas prendas de oro que tenía a unos malandritos que pasaron comprando metal.
Una imprudencia grandísima en un país como Venezuela y además porque la casa, vieja, no es para nada segura.
Con la computadora nueva recién comprada, no podía arriesgar que entraran y nos dejaran sin la herramienta principal para progresar.
Hicimos algunas llamadas y salimos corriendo ese mismo día de la casa. El primer día dormimos en casa de una amiga cerca de casa de mis abuelos, un amigo nos ayudó con el transporte y otro nos recibió al día siguiente. Cuando le pedí ayuda al que nos recibió le dije que serían solo un par de semanas mientras encontrábamos suficiente dinero para alquilar en un algún sitio. El accedió y todo estaba bien.
Pero el muerto y el arrimao' a los tres días hiede. No era la primera vez que nos quedábamos donde este personaje pero de pronto todo era un problema. Y a los tres o cuatro días nos corrió.
Se sintió como una traición increíblemente grande para mi y dolió muchísimo porque lo consideraba mi amigo, mi amigo de verdad.
Soy una persona muy reservada y seria con mis compromisos, si tienes la fortuna de ser mi amigo, créeme, te has ganado el mejor amigo. Y sentir que alguien, pudiendo, no es capaz de dar lo mismo que yo me hace sentir terrible. Hace ya muchos años aprendí que enamorarse solo es una estupidez.
En retrospectiva no creo que lo que hizo estuvo mal per se, simplemente somos personas incompatibles. El valora otras cosas, se mueve por otras motivaciones, busca otras cosas en la vida y es todo. No siento rencor ni odio hacia el, en ocasiones hemos pasado rato juntos pero en mi mesa no se sientan a comer los que no me valoran.
Para evitar esos malos ratos es bueno ser prudente con quien escogemos para que nos acompañe en nuestra aventura.
#3 Haz el bien y no mires a quien.
La corrida obviamente nos cayó como balde de agua fría a lo que creíamos era una oportunidad para reestructurar. Rápidamente Algelis me dio una cachetada y nos pusimos a resolver.
Le escribimos a cada contacto que teníamos preguntando por alquileres económicos. Gracias a Dios, teníamos algo de dinero guardado y pedimos un poco más prestado. Entre tanto preguntar una amiga de Algelis a la que ella había escuchado, aconsejado y ayudado hace años sin ningún tipo de interés le dijo que tenía un amigo con un apartamento vació que quizás estaría dispuesto a alquilar.
Preguntó, le contestaron, hablamos con el chamo, negociamos y pum, conseguimos un apartamento mejor que el que teníamos en Lechería, a un excelente precio (en el que vivimos todavía hoy 9 meses después).
Se me espeluca el cuerpo al recordar haber pagado la negociación y quedarnos solos en el nuevo apartamento que estaba sucio como si hubiese pasado una tormenta. Fue increíblemente satisfactorio, lleno de paz y alegría. Aún teníamos incertidumbre porque los ingresos no estaban como para mudarnos pero ya estábamos montados en el tren y luego de todo eso, la sensación más hermosa del mundo: agradecimiento.
Agradecimiento con todas las personas que no nos dejaron morir. Que nos tendieron su mano o estuvieron pendientes de nosotros. Nunca antes había sentido tanta necesidad de ayudar a los demás como en ese momento.
Nunca he sido una persona pendenciera que hace todo por dinero pero ese día me quedó claro que esa es la verdadera forma de vivir bien. Que es mejor tener amigos y conocidos que te apoyen y respalden que todo el dinero del mundo.
#4 No rendirse con la gente
Esto parece estar lleno de contradicciones pero quédate conmigo.
En mi experiencia la gente creativa es sumamente complicada. Es algo que forma parte de nuestra naturaleza: hipersensibilidad, pensar mucho, perfeccionismo, etc.
En varios lapsos en los que me sentí solo durante el año recordé mucho a todas las personas con las que me había rendido porque en algún momento no cumplieron mis expectativas.
Está bien ser peeky pero no está bien creer que las personas son objetos que sacas de un supermercado a la carta y que las vas a conseguir moldeadas perfectamente a tu medida.
Es un poco extraño que sea así con los demás porque la mejor y más importante relación de mi vida es con Algelis. Una relación con cantidad de tropiezos pero que ha durado creciendo constantemente durante casi 10 años. ¿Por qué no podía hacer esto con otras personas?
Mi amigo Félix, el musicólogo, es una persona francamente complicada, dramática y creativa. En un momento pensé que lo más útil era no insistir en él por todo el drama y complicaciones que siempre tiene pero, esta idea que se había clavado en mi cabeza me decía que no era lo correcto y puse en práctica la comprensión en vez de ser un mmgv que abandona a la gente.
Resultó increíblemente bien. No sé donde estaría sin las largas charlas y todos los discos de música rara que motivaron mi creatividad, energía e ímpetu.
Es importante saber escoger pero hay que ser valiente también para no rendirse con la gente. Para insistir y creer que pueden ser una mejor versión de sí mismos y grandes amigos.
#5 La familia es fundamental
Algelis y Yo somos personas muy dadas y a veces demasiado simples: solo queremos crear, ir tras nuestras ambiciones y compartir el camino con gente real que también quiera crear y cumplir sus ambiciones.
Te sorprendería saber que la mayoría de la gente no es así, al menos, no la que nosotros nos hemos cruzado. Eso si, la mayoría de la gente dice que quiere eso pero lo que hacen es otra cosa: quejarse, ser pesimista, detenerse, destruir, incluso conozco gente que dice "estar deprimida" cuando en realidad tienen exceso de comodidad.
Por esas razones es que no tenemos mucha suerte encontrando amigos, especialmente yo que soy el más reservado de los dos.
En un momento del año Algelis consiguió un proyecto muy bueno al cual tenía que dedicarle mucho mucho tiempo y yo empecé a sentirme solo. Pasaba la mayoría de los días solo en el apartamento trabajando como un desquiciado y aunque eso era "bueno", no dejaba de sentirme mal.
De alguna forma se fue dando todo, fuimos entrando y dando cabida a nuevas personas a nuestras vidas. Nuevos amigos que nos brindaban nuevas perspectivas, compañía, comprensión y apoyo.
Durante ese tiempo también hablaba todas las semanas con mi papá, a veces, durante horas, una vaina que nunca jamás había pasado en mi vida.
Seguí cumpliendo el compromiso de ayudar a mis abuelos con la comida y ellos siempre me reciben llegue con la manos llenas o vacías con el mayor cariño del mundo, con besos, abrazos y cuentos de antaño.
Si tuviese que agradecer algo de este año es que dejó totalmente claro que la familia es un elemento fundamental para ser feliz, para encontrar paz en la tormenta, para encontrar la vida incluso en los sufrimientos más profundos, para ver la luz en medio de la más abrumadora oscuridad.
Familia no es solo la sangre, también son los amigos e incluso algunos clientes especiales que te acompañan en tu recorrido y te enseñan desde su papel.
La familia, ese grupo de gente que esta cerquita de uno es el punto de apoyo y algo por lo que vale la pena despertar y mejorar cada día. Realmente no se donde estaría sin el apoyo, ánimo y ayuda de mi familia, especialmente en un año tan complicado y lleno de incertidumbre.
#6 Lo que está mal, está mal
Aunque todos lo hagan y aunque nadie lo diga.
Este año emprendí unas cruzadas que me recordaron lo importantes que son los sentimientos de justicia y deber para mi.
La primera de ellas fue la "batalla" que emprendimos para intentar convencer a los profesores de la UDO de usar un sistema online que habíamos creado para poder impartir clases online mas eficiente y efectivamente. Como podrás imaginar, no lo hicieron. Pero igual hicimos el esfuerzo y escribí mi artículo favorito de este año gracias a esos sentimientos: ¿Por qué la UDO está jodida?
La segunda aún está en proceso y es una lucha con mis tíos para que cumplan con sus responsabilidades para con mis abuelos.
En ambos casos un pensamiento recurrente está en mi cabeza: puede que no cambie el mundo con decir que las cosas están mal pero al menos las personas que lo hacen no pueden esconderse tras una ilusión de justificación.
La maldad pura es una cosa muy poco común en los humanos, en cambio, lo que hay es mucha confundida, que se deja llevar por las circunstancias o deja que otros tomen decisiones por ellos. Pero eso puede cambiar con una cachetada de verdad, con argumentos sólidos que implanten en su mente las ideas que luego, incluso sin querer, produzcan el cambio que necesitan.
Puede que cuando haga estas cosas quede como el malo de la película pero realmente no me importa. Vivo de acuerdo a mis ideales, a lo que creo y voy a luchar con quien sea por ellos, especialmente si sus acciones tienen un impacto en mi.
Es precisamente por esa razón que me preocupo de denunciar aquello que puedo, con casi total certeza, saber que está mal desde los aspectos más fundamentales de nuestra naturaleza.
#7 Vivir sin ímpetu y valentía es como desear la muerte
Como dije antes el 2019 fue un año marcado por la depresión y este año fue de logros, crecimiento y aprendizaje. Sobre todo pude ver, desde otra perspectiva, aquello que no quiero ser.
No quiero ser un adulto petulante y pusilánime que vive añorando el pasado. No quiero durar en la oscuridad del sueño más tiempo del que es absolutamente necesario. No quiero llorar, quejarme o molestar a otros y a mi mismo con cosas que no puedo cambiar, en cambio quiero hacer todo lo que pueda para mejorar todo lo que esté en mis manos. No quiero que el tiempo pase y sobre todo no quiero morir con arrepentimientos de ningún tipo.
2020 fue un año de aprender y resolver rápido. 2020 fue un año de tomar decisiones, de ser firme, de negociar y buscar con miedo pero también con ímpetu y valor lo que quiero para mi.
Vivir sin tener el valor de vivir, sin arriesgarse, sin probar nuevas cosas y formas, sin agradecer, sin crear es para mi, peor que la muerte porque ni siquiera hay descanso, solo sufrimiento.
2019 me enseñó a ser sensible, creo que el 2020 me hizo descubrir nuevamente la importancia de ser un tipo duro para enfrentar la tragedia de la existencia. Pude comprender que la ira no es una emoción inútil que nos hace daño sino una fuente de energía más para seguir adelante y enfrentarnos con lo que haga falta para vivir la vida que queremos.
Es en la ira, la rabia, la impotencia o la incomodidad que he encontrado el ímpetu y la valentía para buscar aquello que quiero sin medidas y sin sentirme inseguro, culpable o desanimado.
Ha sido un año muy retador. Pero hemos tenido tantas victorias que no podría considerarlo un mal año. Ha sido increíble.
Ya veremos que nos trae el 2021 pero como sea que venga, me siento confiado y seguro de que lo voy a superar, una vez más, lleno de satisfacción y habiendo disfrutado cada segundo de su paso.
Agradecimientos especiales.
Claro un agradecimiento publico y notorio a todas las personas que estuvieron a mi lado este año.
Al amor de mi vida, Algelis, por soportar las más oscuras de mis etapas y darme las cachetadas de amor necesarias para seguir adelante.
A mis padres por siempre estar pendiente de mi con sus necesarios consejos. A mis abuelos por siempre recibirme con amor sin medida.
A mi amiga Licia Salvatore por guiarme en el camino de la creatividad, tener siempre curiosidad y oídos abiertos a cada sermón y consejo que tengo para dar y atreverse a emprender un proyecto que con total seguridad, será un éxito.
A mi amigo Alexander Oubiña por siempre estar presente, por ayudarme a conocer gente nueva y abrir puertas a nuevas oportunidades.
A mi amigo Victor Cedeño por abrirme las puertas a su casa y su familia, a estar dispuesto a aceptar mi ayuda y consejos, a compartir con juegos e ideas que son extrañas para el con la mejor actitud. Por apoyarme y ayudarme sin condición en lo que necesitara.
A mi amigo Félix Rivas, por toda la música, las charlas y el conocimiento que me acompañaron durante los momentos más oscuros.
A Federico Gómez por siempre presionar lo límites de mi creatividad y lo que creo posible con sus requerimientos. Por darme la posibilidad y confianza de ayudarlo con su proyecto en el largo plazo. También por todo el dinero que me ha dado en este tiempo (tenía que decirlo!)
A la Providencia por alimentar mi creatividad e ímpetu con sus rayos de luz y darme la oportunidad de vivir esta vida.
Y a mi mismo claro, por no perder de vista quien soy y que quiero de este viaje durante todo este año.
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