Estaba intentando recordar la historia de alguien que haya renunciado en un momento importante para que fuese la entrada de este artículo. Nada llegó a mi cabeza. Enseguida me di cuenta el porque:
Nadie recuerda a los que renuncian.
Los mediocres se condenan a si mismos a llevar una vida vacía, llena de arrepentimiento y aburrimiento. Todo porque les da miedo vivir.
Ser un mediocre es ser un miedoso. El miedo tiene tanto poder sobre su vida que no pueden evitar estancarse y renunciar.
Puedes vivir tu vida así aunque sea lamentable.
Siendo muy honesto conmigo mismo, yo también he sido mediocre alguna vez. Es una idea especialmente atractiva cuando eres un joven adulto porque no sabes manejar el peso de la responsabilidad de tu vida.
Esa idea: la de que nada tiene que ver contigo y sin embargo, solo tu puedes hacer algo al respecto, da pánico. Es muy fácil perderse en el miedo.
En este artículo voy a responder: ¿Qué se requiere para ser un mediocre? ¿Cómo podemos identificar si lo somos?
1. Desconfía de las oportunidades
Cada vez que alguien te hace una propuesta piensas: "¿Cómo saldría mal esto?", "¿Realmente me conviene?", "Esto es una tontería, jamás funcionará" y demás pesimismos.
Un poco de escepticismo no está mal, pero si esos pensamientos te llevan normalmente a no empezar proyectos o aprovechar oportunidades, eres un mediocre.
Hay que ser cuidadoso con quien te juntas, a quien le aceptas oportunidades y demás. Un poco de desconfianza es saludable porque hay muchas estafas disfrazadas de oportunidades. Hay que confiar en el instinto y el sentido común.
Pero mientras más joven seas, más deberías decir que sí, sin demasiado rigor. Cagarla temprano y rápido te va a dar una experiencia que no se obtiene de ningún otro modo.
Obviamente, vender drogas o ser sicario no es bueno si quieres pasar de los 22 años, ese no es el consejo. Siempre que esté dentro de los límites de la ley, deberías al menos intentarlo.
2. Dale la mayor importancia al dinero
La gente que nunca ha tenido dinero es incapaz de entender la frase: "El dinero no da la felicidad" porque todavía se están ocupando de cubrir sus necesidades básicas. Están sobreviviendo.
El dinero es importante, es un requisito para vivir una vida plena pero no es el único ni el fundamental. Solo puedes saberlo cuando tienes dinero.
El vacío existencial que te abruma, no te permite hacer nada y te dan ganas de suicidarte por la futilidad de tu existencia, no se va cuando tienes más recursos.
¿No has notado que este consejo casi siempre lo dan personas viejas? Es porque ellos están más cerca de morir y se han dado cuenta que la satisfacción no viene de los recursos, sino, de vivir realmente. Hacer, crear y sentir.
Las personas mediocres hacen todo por el dinero. Olvidan sus principios, sueños y dejan de vivir por perseguir recursos que no valen nada en el lecho de muerte.
3. Piensa en el cortoplazo
¿Eres incapaz de imaginarte tu vida ideal dentro de 5 - 10 años? Eres mediocre.
Los mediocres no saben quienes son, ni que quieren. Son incapaces de comprometerse al largo plazo porque tienen demasiado FOMO (fear of missing out). El miedo de perderse lo novedoso hace que brinquen de un lado a otro sin avanzar en nada.
Todo lo que vale realmente en la vida, lleva mucho tiempo. Por eso los mediocres son más propensos a caer en estafas piramidales y esquemas get rich quick.
En otras palabras: los mediocres no tienen paciencia.
4. No mejores
Mejorar es hacer 1 de dos cosas:
- Sumar
- Restar
Mejoras cuando haces más, creas más, publicas más, trabajas más, te dedicas más, empiezas más, etc. Ya me captaste la idea. Siempre que se amplíe el rango de responsabilidad de una persona, una mejora está sucediendo.
Pero también cuando se reduce el rango y se aumenta el enfoque, existe una mejora. Cuando una persona deja todo para dedicarse a una sola cosa, el nivel de especialización al que puede llegar es increíble.
Para ser un mediocre solo tienes que quedarte haciendo lo mismo, de la misma forma por un corto período de tiempo.
5. No compitas o te expongas
Las personas mediocres son incapaces de enfrentarse a otros o al público.
Se dejan llevar tanto por el miedo que la simple idea de perder o fracasar, especialmente contra alguien que tiene una cara, nombre y apellido, les aterroriza.
Peor es la sensación que tienen cuando alguien desaprueba lo que hacen.
Un mediocre siempre está de acuerdo con las creencias populares o dogmas de algún tipo. Nunca saca sus propias conclusiones y nunca se cuestiona a sí mismo.
Es una persona complaciente que al mismo tiempo niega ser así. Se cree con el poder de "la verdad" y por eso nunca acepta sugerencias, se disculpa, retracta o corrige a menos que se vea apabullado por un grupo o tenga que enfrentarse a alguien.
Los mediocres siempre son cobardes.
6. Encuentra "señales"
Todos los mediocres son supersticiosos porque no soportan la responsabilidad de su propia existencia. Por eso prefieren decir: "La luna de marte está en Poseidon retrogrado y por eso no obtuve ese trabajo".
Claro era eso! ¿Cómo podría ser que eres absolutamente incompetente para el trabajo y diste la peor entrevista de tu vida?
7. Déjate llevar por tus emociones ante la adversidad
La vida nunca va a pasar como la planeamos. Un buen mediocre no entiende eso, cuando las cosas salen mal es incapaz de dejar ir sus sentimientos de rabia, frustración o tristeza.
Se apega a ellos, los hace su verdad y sufre. Sufre muchísimo. Con el tiempo se hace rencor y odio.
Un mediocre siempre es un hater incapaz de dejar ir el pasado.
8. Renuncia
La suma de lo anterior o la fuerte presencia de uno resulta en la actividad definitoria de un mediocre: renunciar.
Los mediocres siempre abandonan. No aguantan la pela. Se rinden. Bajan la cabeza. Se alejan. Se aíslan. Dejan de luchar. Dejan de creer. Dejan de hacer. Dejan de vivir.
Un mediocre es prácticamente un muerto viviente. Respira pero no está vivo en realidad.
Este es el último y más importante de los requisitos porque uno puede hacer todo lo anterior pero siempre que no renuncies hay posibilidad de mejorar, crecer y ser una persona excelente.
Hay gente que desde que nace hasta que muere hace una sola cosa y la hace exactamente igual cada vez, de la forma en la que se lo enseñaron. Sin embargo, que un ser humano dedique su vida entera a eso, lo hace extraordinario.
Este es el sentimiento que tengo hacia la tradición y lo que se hace solo para que siga existiendo.
¿Podríamos decir que un artesano que lleva 50 años haciendo las mismas vasijas es un mediocre? Claro que no. ¿Podríamos decir que los queseros del Parmigiano Reggiano son mediocres porque siguen haciendo el queso igual que hace 2000 años? Claro que no.
Han alcanzado la excelencia por el tiempo que han dedicado a su oficio. Se han convertido en maestros de lo que hacen por su entrega, sin renuncia, durante tanto tiempo.
Ser un mediocre es ser un quitter. Siempre que no renuncies, no eres un mediocre.
Conclusión
Hay que ser valiente y honesto para reconocerse como un mediocre. Es el primer paso para dejar de serlo. Si en cambio te haces el loco o te molesta que te digan estas cosas, estás poniendo obstáculos y excusas al cambio, al crecimiento.
¡JUSTAMENTE LO QUE HACEN LOS MEDIOCRES!
Todo eso puede ser difícil y abrumador, pide ayuda. Tenerte autocompasión tampoco es una buena solución, lo que necesitas es un reto.
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