Quiero un carro

por | Humano | 0 Comentarios

Tener un carro en Venezuela es realmente útil. Algunas razones:

  • La ciudad donde vivo fue creada pensando única y exclusivamente en los carros. Casi no hay aceras, todo queda lejos y el transporte público es horrible
  • El calor que hace es agotador (34º un día fresco es una locura)
  • Me daría libertad para ir a donde quisiera, cuando yo quisiera. Al menos dentro de los límites de la ciudad

Me repito estas razones cuando tengo que caminar a hacer cualquier diligencia a más de 100 metros de donde vivo.

Llego a mi casa, entro en Facebook Marketplace, veo carros, especialmente los precios de los carros y pienso: "Jamás me voy a poder comprar un carro". Sé que es mentira, porque ya tuve un carro una vez, solo se siente como algo lejano y elusivo ahora.

Hay un pequeño problema que se interpone entre mi carro y yo, que no tiene que ver con el dinero.

Cuando pienso en responder la pregunta: ¿Qué quiero? Gastar $2000 en un carro no parece una decisión inteligente, ni siquiera, una decisión que quiera tomar.

En este momento tengo bastante claro lo que quiero: ESCRIBIR. Para escribir lo que necesito es tiempo y espacio, poder explorar las cosas que me interesan sin la presión de:

  • El alquiler
  • La comida
  • Me estoy poniendo viejo para tener hijos
  • No tengo todas las herramientas que quisiera

Cómo un carro va a facilitar o resolver algunos de esos problemas? Cómo un carro me va a acercar más a mi objetivo de escribir más y mejor?

No lo va a hacer. Entonces, cuál es la verdadera razón por la quiero un carro? No las excusas baratas que dije antes, la verdadera razón.

No quiero sentir que estoy detrás

Es difícil ver a tus amigos comprándose carros, casas, teniendo hijos, graduándose, haciendo trabajos importantes, ganando premios o ganando más dinero que tu y no sentir que no lo estás haciendo bien.

Ya sé que uno tiene que tratar de ignorar el entorno y dejar de compararse con los demás. Pero cómo coño se hace eso!? Osea honestamente. A menos que te aísles por completo y te transformes en un ermitaño, tienes ojos que van a a ver y oídos que van a escuchar.

Sé que el éxito no es un destino, que tengo que celebrar y estar agradecido de cada victoria (he tenido muchísimas), que compararme con los demás no me permite disfrutar de lo que si tengo y si logro. Entiendo todas esas cosas y las experimento, sin embargo, no puedo evitar sentirme mal a veces por esta sensación. Me siento como un perdedor.

Esto se complica más.

Esta envidia duele todavía más cuando las personas que están logrando esas cosas son seres queridos para ti. Te sientes mal pero igual estás feliz por ellos. Cómo pueden esos dos sentimientos coexistir al mismo tiempo!? No tengo idea, pero lo hacen.

Duele más cuando haz tenido algún papel que jugar en el asunto y no te agradecen. Dios sabe que me alegro y apoyo a mis seres queridos de todas las formas posibles, soy una columna, pero no he encontrado una formar de eliminar este conflicto.

Es que el conflicto es más profundo.

Me quiero sentir importante

Esta es una dicotomía importante en mi personalidad. Soy introvertido, las situaciones sociales consumen una cantidad absurda de energía para mi. Por eso las evito, sobre todo cuando tengo mucho trabajo entre manos.

La mayoría de mis días los paso solo en mi casa con Zeus y no tengo problema con eso. La soledad no es negativa para mi, mi mejor trabajo sucede en soledad. No puedo escribir o hacer cualquier trabajo creativo con gente alrededor, me distraigo con facilidad y quedo exhausto.

Pero a veces, de vez en cuando, realmente me gustaría que la gente viniera a mi sin pedirlo, que reconozcan algo de lo que hago y creo que es valioso, que me admiraran o me buscaran espontáneamente. Una palabra de aliento, una felicitación, una muestra de aprecio.

Algo que no tenga que pedir explícitamente, especificar, ganarme o intercambiar. Que se sienta como que ser yo, tal cual soy en este momento, es suficiente para que esa muestra suceda.

Cuando tenía el carro, estaba rodeado de mucha gente que solo me pedía favores y me adulaba para obtener algo de mi. En mi ignorancia, me confundí y tome un gazillón de malas decisiones. Aunque fuese falso se sentía bien.

Sé que está mal y en realidad no quiero que eso vuelva a suceder, fue una época terrible en todo menos en lo económico. Igual me quiero sentir importante.

El balance

Sé que esto se lee super triste, lo es. Esta es una de las razones por las que a veces me siento triste de la nada.

La soledad es una compañera útil pero también es fría.

Tiene que haber un balance, un equilibrio entre esta necesidad de sentirme importante, que creo es algo natural y humano. Con mi introversión y la dificultad/utilidad de socializar.

Por ahora ese equilibrio me elude pero estoy buscando.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *