Soy Salomón Acuña y esta es (parte de) mi historia
"Solo aquellos que están lo suficientemente locos como para creer que pueden cambiar el mundo, son quienes lo cambian."
Steve Jobs
Muchas veces, especialmente cuando estamos jóvenes (como yo ahora) tenemos la suficiente cantidad de energía mezclada con ego, como para creer que podemos cambiar al mundo. No sabemos ni entendemos como lo vamos a hacer pero estamos seguros de que hay cosas que andan mal y debemos acomodarlas o "el mundo va a acabar!".
Te voy a dar la fórmula infalible para cambiar al mundo...
CAMBIA TÚ.
He estado ahí, en realidad creo que aún estoy a veces: quiero comerme al mundo, hacer un montón de cosas, inicio muchísimos proyectos, quiero ayudar a los demás y un sin fin de sueños y anhelos que parecen desvanecerse cuando choco con la realidad.
Los problemas parecen inmensos: la economía, el socialismo, los políticos, el dinero, la familia, las amistados tóxicas y cualquier cantidad de cosas que parecen decirnos: ¡NO LO HAGAS QUE LA VAS A CAGAR!
Lo que realmente sucede y que cuesta muchísimo reflexionar acerca de ello, es que no podemos aspirar a cambiar el mundo si no somos capaces de cambiarnos a nosotros mismos. Es una idea muy simple pero que cuesta mucho asimilar y mas aún poner en práctica:
¿Cómo esperas cambiar el mundo si no eres capaz de mantener limpio tu propio cuarto?
Jordan Peterson
Te voy a contar una historia: hace algunos años cuando aún estaba en el liceo militar, yo tenía la fama de ser una persona explosiva. Al mínimo estímulo explotaba de ira y gracias a mi autoridad, podía hacer que un día común y corriente se transformara en un infierno.
Durante un tiempo, eso me permitió lidiar con una gran cantidad de problemas (de una forma muy negativa pero lidiar al fin) y cuando menos lo esperaba... Pum!! Me enamoré.
Tu entenderás que vivir lleno de ira no es ni de cerca la mejor manera de mantener una relación pero, ella lograba calmarme. Aún así tarde o temprano, la cosa se descontrola y en un ataque de ira, tuvimos una discusión lo suficientemente fuerte como para que me mandara para el coño.
En aquel momento ella me dijo algo que todavía llevo como un mantra de vida:
No puedes amar a nadie si no te amas a ti mismo.
Lo bueno es que luego de mucho, regresamos y hoy llevamos 8 años juntos. Lo que te quiero decir es que no se puede hacer nada para otros, si no eres capaz de hacerlo para ti mismo.
Si quieres cambiar el mundo, primero haz de cambiar tu. Si quieres erradicar el hambre, primero haz de tener tu nevera llena. Si quieres emprender un negocio o proyecto, primero haz de aprender las habilidades y conocimientos necesarios y así sucesivamente.
Claro que esto no es tan sencillo como se escribe, porque requiere aceptar la responsabilidad de tu vida, que te entiendas una persona verdaderamente libre y asumas que todo lo que pasa en tu vida, siendo tu culpa o no, es tu responsabilidad, tienes que lidiar con ello de forma activa.
Mis primeros encuentros con el liberalismo se dieron en medio de ese proceso de entendimiento.
Un mal que nos aqueja a los jóvenes es el de creer que nos merecemos todo, que por el simple hecho de estar vivos debemos tener cosas como: salud, educación, techo, ropa, trabajo, dinero, etc. Y por eso mismo, cuando no las tenemos, empezamos a buscar culpables externos cuando nosotros somos los únicos responsables de nuestra propia situación.
Eso es lo que me enseñó el liberalismo, que ninguna de las cosas de las que creía tener derecho, realmente eran mías y por tanto, ese supuesto derecho no existía.
La sensación es desoladora, de pana crees que no eres nadie y que no vales nada. Lo bueno es que solo dura unos pocos minutos, hasta que te das cuenta de que cuando te quitas esos derechos, realmente te estás haciendo libre.
¿Qué mayor riqueza que poseer la propia vida y emplearla en el crecimiento propio? Todo cuanto vive ha de crecer. No puede permanecer inmóvil. O crece, o muere.
La Rebelíon de Atlas.
Cuando aún estaba en la universidad (que no terminé), recuerdo que tuve este momento eureka. Tenía un parcial de filosofía y en vez de estudiar, veía vídeos motivacionales de Juan Diego Gómez, de repente, quedaron de un lado los libros y cuadernos, y de otro lado la computadora con ese mundo.
Todo fue exageradamente claro pero, al mismo tiempo, sentía que nada de lo que había hecho hasta ese momento valía. Pero junto a la desolación y miedo que daba empezar de nuevo, floreció la idea de que podía hacer lo que quisiera, ya no había ataduras ni límites, solo posibilidades y oportunidades.
Es así como se siente ser libre: da miedo pero sigues a pesar de él porque sabes que al ser responsable tienes el poder de cambiarte a ti mismo y así cambiar el exterior.
Suena a libro de autoayuda? Quizás, lo que si te puedo asegurar es que eso no le quita lo cierto. Tu podrías decirme:
- Oye Salomón, eso está bien para ti pero no tiene que funcionar así para los demás, como yo por ejemplo.
Y yo te respondería:
- Lo que te digo es cierto porque no solo lo he visto en mí sino, en otros. En cada persona que admiro y que seguramente tu también admiras. En ellos hábita un profundo sentimiento de responsabilidad y libertad, no hay resentimiento ni sensación de derecho. Puedes buscar algún discurso que hayan dado y lo verás por ti mismo.
El trabajo en equipo es el secreto que hace que gente común consiga resultados poco comunes.
Ifeanyi Onuoha
No te dejes engañar amigo mío, después de esa decisión vendrán días muy difíciles, principalmente porque no estás acostumbrado a la sensación, la actitud y a que todo avance tan rápido.
Y una de los principales dificultades que te encontrarás, seguramente, es que te darás cuenta que tu mentalidad, aunque te hace avanzar parece alejarte mucho de las personas con las que hasta ese momento te has juntado. Eso incluye familia, amigos y cualquiera en general.
Eso es bueno pero a veces no ayuda.
Yo no podía creer que mi mentalidad fuese única y por tanto yo sería un extraterrestre, así que me propuse buscar personas que pensaran como yo. Y las encontré.
Es por eso que te puedo decir sin ningún tipo de duda, que el éxito y la felicidad solo llega a través de esa fórmula porque las personas con las que me rodeo hoy lo están logrando de la misma forma. Cada día veo un sueño nacer y crecer poco a poco, con mucho amor, desde adentro hacia afuera.
No estás solo, nunca lo estamos realmente, así sea de forma virtual, este es un espacio para que seas tu mismo.
Para que seas responsable y libre, para que aterrices en realidad tus ideas, para que aprendas como mejorar tu negocio o proyecto, para que crezcas como freelancer, diseñador, desarrollador o marketero.
Un espacio en el que la libertad se hace idea y no solo ilusión, donde podremos, juntos, darle forma.
Así que este soy yo, Salomón Acuña: empresario, freelance, activista y hombre libre y responsable.